Begoña Gómez. Tomada de Telva

Begoña Gómez y el Máster del Escándalo: Cómo Convertir una Cátedra en un Culebrón Nacional

Había una vez una cátedra, un máster, una universidad pública y una mujer llamada Begoña Gómez, también conocida como “la jefa” en La Moncloa. Y aunque esto podría parecer el inicio de un cuento académico, lo que sigue es una historia de esas que harían llorar de envidia a los guionistas de Scandal, House of Cards y La que se avecina, todo a la vez.

Porque sí, amigas y amigos, cuando la Primera Dama da clases, el país entero escucha, y no precisamente por el temario.

Escena 1: Una denuncia, una cátedra y muchas sospechas

La cosa empezó cuando Manos Limpias, un sindicato que tiene nombre de detergente pero fama de sabueso judicial, denunció a Begoña Gómez por presunto tráfico de influencias y corrupción en los negocios.

¿El meollo? Que Begoña, en calidad de esposa presidencial, habría usado su apellido como tarjeta VIP para conseguir contratos, influir en adjudicaciones y coordinar mágicamente proyectos desde una cátedra en la Universidad Complutense como quien organiza un retiro de yoga en Ibiza.

La Complutense: de templo del saber a ring político

Resulta que doña Begoña dirigía una cátedra de Transformación Social Competitiva (que ya suena a startup con mucho PowerPoint y poco Excel), y además coordinaba un máster donde, según informes, se inflaron cifras de alumnos y recursos más que un currículum en LinkedIn.

La Complutense, en un plot twist inesperado, cerró el chiringuito: clausuró la cátedra y el máster, y emitió informes que hablaban de cifras irregulares y uso poco claro de fondos. Básicamente, les dijeron: “gracias por participar, pero aquí ya no se estudia magia económica”.

Mientras tanto, Sánchez salía a decir que “no hay nada reprochable” y que su esposa estaba siendo víctima de una cacería política. Pero claro, si la universidad pública donde todo ocurrió dice lo contrario, algo chirría.

Empresarios, contratos y software con ‘flow’

Aquí entra en escena Juan Carlos Barrabés, empresario amigo de Begoña, que parece tener la suerte de Forrest Gump porque siempre aparece en contratos públicos que le van de perlas.

La Fiscalía y el juez Juan Carlos Peinado investigan adjudicaciones millonarias a empresas relacionadas con Barrabés, mientras Begoña supuestamente recomendaba, sugería, o guiñaba el ojo desde sus cátedras. Y como si fuera poco, aparece un software con nombre cool —Open Value Foundation— cuyo rastro lleva a contratos, proyectos europeos y pagos de Google por valor de 70.000 euritos.

¿Innovación? ¿Chanchullo? ¿Simulación de emprendimiento con presupuesto del Estado? Se aceptan apuestas.

Escena 2: El juez contra todos (incluso la Fiscalía)

El juez Peinado se lo toma muy en serio y encuentra indicios de delito. No uno, ni dos, sino hasta tres: tráfico de influencias, corrupción en los negocios y malversación.

Mientras la Fiscalía hace malabares para archivar el caso con la gracia de un mago de feria, el juez insiste como si estuviera en una novela negra: quiere informes de Hacienda, busca datos sobre Globalia y sospecha que alguien metió mano en el rescate de Air Europa. Porque sí, otra vez la aerolínea aparece como personaje secundario que podría ganar un Goya a “mejor compañía rescatada en trama de corrupción”.

Peinado incluso dice que la Fiscalía está defendiendo a Begoña “mejor que su propio abogado”. Con ese combo, los tertulianos de televisión no necesitan más material en semanas.

Pedro Sánchez y el drama presidencial: “Estoy por dimitir”

Aquí llega el momento de las lágrimas.

Pedro Sánchez se sube al escenario con voz grave y mirada intensa, y dice que está considerando dimitir por el “acoso” a su esposa. Lo llama “lawfare”, denuncia una campaña de persecución y se toma cinco días de reflexión… como quien se escapa a un spa para ver si sigue con su ex.

¿El resultado? No dimite. Regresa con cara de “me lo he pensado, pero no me vais a tumbar tan fácil”. Algunos lo vieron como una jugada maestra de comunicación política. Otros, como una sobreactuación de nivel festival de teatro amateur.

La Comisión de Madrid: dictamen vs. “basura”

Mientras tanto, la Asamblea de Madrid, liderada por el PP y Vox, aprueba un dictamen que dice que sí hubo desvío de fondos y apropiación de software. El PSOE lo llama “basura política” y acusa a la comisión de tener la misma rigurosidad que un grupo de WhatsApp conspiranoico.

Pero claro, el dictamen es oficial. Y la investigación judicial sigue. Y en medio, el Gobierno quiere que se investiguen también las filtraciones (no los hechos, sino quién cuenta los hechos). Lógico.

¿Y qué opina la gente?

Pues lo de siempre:

  • Unos dicen que esto es una persecución misógina, que a Begoña la juzgan por ser mujer del presidente.
  • Otros aseguran que si en vez de llamarse Begoña se llamara Manolo y trabajara en otra empresa pública, ya estaría procesado.
  • Los más cínicos solo piden que al menos pongan bien los másters en LinkedIn.

Y mientras tanto, la confianza en las instituciones universitarias y gubernamentales se diluye como azucarillo en café de máquina del Congreso.

¿Qué puede pasar ahora?

Con un juez que no afloja, una Fiscalía que intenta mirar para otro lado y un Gobierno que grita “conspiración” cada dos por tres, el final de esta historia es incierto. Pero lo que es seguro es que:

  • La investigación sigue abierta.
  • Podrían venir imputaciones o incluso un juicio formal.
  • Si se confirma el tráfico de influencias, el escándalo no será solo político, sino judicial y penal.

Y mientras tanto, Begoña sigue sin declarar ante el juez, Pedro sigue siendo presidente, y la cátedra… bueno, esa ya es historia.

Epílogo: Entre clases, contratos y corazones rotos

El caso de Begoña Gómez no es solo una historia de posibles chanchullos administrativos, sino también una radiografía del poder en pareja. ¿Hasta qué punto una esposa presidencial puede ejercer influencia sin caer en la zona gris? ¿Dónde acaba lo profesional y empieza el nepotismo 2.0? ¿Cuántos contratos caben en una cátedra?

La respuesta no la tenemos. Pero sí tenemos claro que esto da para serie. Y tú ya estás enganchado.

Comentarios

2 respuestas a «Begoña Gómez y el Máster del Escándalo: Cómo Convertir una Cátedra en un Culebrón Nacional»

  1. […] lo mejor: esto solo es el primer capítulo de una saga que incluye a la esposa del presidente, a su hermano, y a una “fontanera” política con audios dignos de película de […]

  2. […] dijo que ser la First Lady de España era aburrido? Begoña Gómez, esposa de Sánchez, está siendo investigada por supuestamente usar su apellido presidencial para […]

Responder a Pedro y los Culpables: Crónica de una Legislatura Bajo Investigación – Loco por saber Cancelar la respuesta

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