Cannes, Francia – El 24 de mayo de 2025, la glamurosa ciudad de Cannes, epicentro del Festival de Cine, se sumió en la oscuridad. Un apagón masivo, que dejó a más de 160.000 hogares sin electricidad durante unas cinco horas, no fue un accidente, sino un acto deliberado de sabotaje, según las contundentes conclusiones de las autoridades francesas. Este incidente no solo interrumpió la clausura del prestigioso festival, sino que expuso la creciente vulnerabilidad de la infraestructura crítica de Francia.
Cronología de un caos deliberado
La interrupción del suministro eléctrico se gestó en la noche previa al apagón principal. Un incendio en la subestación de Saint-Cassien, al oeste de Cannes, fue el primer aviso. Aunque los bomberos lograron controlar las llamas y el servicio se restableció temporalmente, era solo el preludio.
Alrededor de las 10:00 de la mañana del 24 de mayo, el caos se desató. Una línea de alta tensión colapsó por la caída de un poste, desencadenando el apagón masivo que afectó a toda la ciudad de Cannes y al departamento de Alpes Marítimos. La Red de Transmisión de Electricidad (RTE) confirmó que la avería fue provocada por un «incendio intencionado» en una subestación, seguido del corte de una línea de alta tensión. La recuperación del suministro comenzó gradualmente unas cinco horas después, pero el impacto ya era profundo.
Sabotaje Confirmado: las pruebas inequívocas
Desde el primer momento, las autoridades francesas no dudaron en calificar el apagón como un «acto de sabotaje» o «acto vandálico». Las pruebas físicas encontradas en el lugar de los hechos fueron irrefutables:
- Material inflamable: Descubierto en la subestación de Saint-Cassien, utilizado para avivar las llamas.
- Daño estructural deliberado: Tres de los cuatro pilares de la torre de alta tensión que se derrumbó estaban seccionados.
- Cortes con sierra: La base de uno de los pilares presentaba cortes precisos, realizados con una sierra.
La investigación, que contó con la participación de la gendarmería y técnicos de identificación criminal, trató el evento como un crimen. El prefecto Laurent Hottiaux condenó estos «graves actos que atentan contra la integridad de las infraestructuras eléctricas», subrayando la naturaleza maliciosa del ataque. Esta evidencia diferencia claramente el incidente de Cannes de otros apagones europeos recientes, que se atribuyeron a fallos técnicos o sobrecargas.

Impacto Multifacético: del glamour a la cotidianidad
El apagón afectó a Cannes en múltiples niveles, revelando una «resiliencia asimétrica» en la preparación ante emergencias.
El Festival de Cannes: Un Show que debía continuar
El Palacio de Festivales, sede principal del Festival de Cine, demostró una notable capacidad de adaptación. Gracias a la activación de sus sistemas autónomos de alimentación eléctrica, el Palacio pudo continuar con sus eventos, incluyendo la crucial ceremonia de clausura y la entrega de la Palma de Oro. Sin embargo, no todo fue inmune: se retrasaron actividades programadas, se suspendieron proyecciones externas en sedes como el Cineum, y la promoción de figuras como el actor Josh O’Connor tuvo que ser cancelada. La capacidad del Palacio para operar de forma independiente fue clave para preservar el prestigio internacional del evento.
Población y Servicios Públicos: La vida en pausa
Para los más de 160.000 hogares sin electricidad en Alpes Marítimos, la situación fue mucho más crítica. Durante las cinco horas de interrupción, la vida cotidiana se paralizó:
- Tráfico caótico: Los semáforos dejaron de funcionar, generando congestión y problemas de tránsito.
- Comercios cerrados: Numerosos negocios se vieron obligados a bajar sus persianas, con la consiguiente pérdida de ventas y, en muchos casos, de mercadería perecedera por la falta de refrigeración.
- Servicio ferroviario afectado: Retrasos y cancelaciones impactaron a viajeros y la logística en la estación de tren de Cannes.
Economía Local: Pérdidas silenciosas
Aunque no se han cuantificado las pérdidas monetarias exactas para Cannes, el impacto cualitativo fue innegable. La interrupción de la actividad comercial, incluso por unas pocas horas, generó pérdidas de ventas y daños a productos perecederos. Otros apagones masivos en Europa han supuesto pérdidas de cientos de millones de euros, lo que contextualiza la escala potencial de la disrupción económica, incluso en un evento de menor duración. La «resiliencia asimétrica» observada —el Palacio de Festivales preparado, pero la ciudad no tanto— subraya la necesidad de una planificación más integral que abarque a toda la comunidad.

¿Puede volver a ocurrir? Riesgos y amenazas híbridas
Expertos en seguridad energética han advertido que incidentes como el de Cannes «van a repetirse en los próximos meses». La vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica francesa es una preocupación sistémica, acentuada por varios factores:
- Sabotaje deliberado: La evidencia en Cannes y los antecedentes de ataques en Francia, algunos atribuidos al GRU (inteligencia militar rusa), sugieren una amenaza persistente y coordinada.
- Antigüedad de la infraestructura: Algunas partes de la red son más susceptibles a fallos.
- Dependencia de renovables intermitentes: La creciente integración de energías renovables, si no se gestiona con suficiente almacenamiento y flexibilidad, puede generar volatilidad y nuevos puntos de vulnerabilidad.
- Digitalización y ciberataques: Aunque Cannes fue un ataque físico, la ciberseguridad es una preocupación general para la red eléctrica.
La acusación formal de Francia contra el GRU por una «guerra silenciosa» de sabotajes desde 2015, que incluye ataques físicos y cibernéticos, sitúa el incidente de Cannes en un contexto de amenaza híbrida más amplio. Esto implica que los adversarios emplean una mezcla de tácticas para desestabilizar a una nación, haciendo que la defensa de la infraestructura crítica requiera una estrategia integral y multidominio.
Lecciones aprendidas y el camino a seguir
El apagón de Cannes es un recordatorio contundente de la necesidad urgente de fortalecer la seguridad y la resiliencia de la infraestructura energética. Se proponen varias recomendaciones estratégicas:
- Refuerzo de la Seguridad Física: Implementar medidas más robustas en subestaciones y líneas de alta tensión, con mayor vigilancia y sistemas de detección temprana.
- Modernización y Diversificación de la Red: Acelerar la inversión en tecnologías avanzadas, almacenamiento a gran escala y soluciones que aumenten la flexibilidad de la red para gestionar la volatilidad de las renovables.
- Estrategia de Defensa Híbrida Integral: Abordar coordinadamente amenazas físicas y cibernéticas, con mayor inversión en inteligencia y respuesta rápida.
- Planificación de Resiliencia Urbana y Local: Extender los planes de contingencia y sistemas de respaldo más allá de los eventos de alto perfil, abarcando servicios públicos esenciales y PYMEs.
- Concienciación y Preparación Ciudadana: Promover programas educativos para que la población se prepare ante cortes de energía, incluyendo kits de emergencia y planes de comunicación alternativos.
- Fortalecimiento de la Cooperación Internacional: Intensificar la colaboración con socios europeos e internacionales en seguridad energética y ciberseguridad para intercambiar información y desarrollar protocolos conjuntos.
El apagón de Cannes no es solo una historia de interrupción, sino un llamado de atención sobre la necesidad de una infraestructura energética más robusta y segura en un mundo de crecientes amenazas.

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