Yuval Raphael en Eurovisión 2025

Israel en Eurovisión 2025: música y protestas en Basilea.

La 69ª edición de Eurovisión (celebrada en Basilea, Suiza) se convirtió en un escenario inesperado de debate político. La representante israelí, Yuval Raphael (superviviente del ataque de Hamás del 7-O-2023), logró el 2º puesto del certamen, pero su paso por el festival estuvo marcado por protestas y abucheos. Fanáticos pro-palestinos enarbolaron banderas y pancartas, corearon consignas como “No music for murder” o “Stop genocide”, e incluso quemaron banderas israelíes y estadounidenses en el centro de la ciudad. Poco antes de la final, la policía suiza bloqueó una manifestación en las calles de Basilea usando gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersarla.

  • En la semifinal (15 de mayo), durante los ensayos Israel sufrió interrupciones: seis personas con banderas palestinas y silbatos intentaron obstruir la actuación de Raphael y fueron expulsadas por seguridad. En la emisión televisiva, los comentaristas españoles Tony Aguilar y Julia Varela recordaron que RTVE había pedido debatir la participación israelí en el festival, citando además las más de 50.000 víctimas civiles en Gazaelpais.com. La televisión israelí KAN presentó entonces una queja formal ante la UER, acusando a TVE de “politizar” el certamen.
  • En la final (17 de mayo), la tensión siguió. Ya en el patio de butacas, escuchamos silbidos del público dirigidos a Israel. Dentro del pabellón, cuando Yuval cantaba “New Day Will Rise”, dos activistas propalestinos intentaron subir al escenario y fueron frenados por seguridad; otro arrojó pintura roja a un técnico, quien resultó ileso. Los organizadores anunciaron que todos los implicados fueron identificados y entregados a la policía. Pese a los incidentes, la actuación se completó sin más sobresaltos: Tony y Julia comentaron la canción con normalidad y sin referencias políticas (la UER había advertido a RTVE que sancionaría cualquier mensaje al respecto).

Fuera del festival, artistas y políticos alzaron la voz por uno u otro motivo. Casi 80 artistas de Eurovisión (entre ellos la ex representante española Blanca Paloma) firmaron un escrito dirigido a la UER pidiendo la exclusión de Israel del concurso, tildando a KAN de “cómplice del genocidio” en Gazaas.com. Izquierda Unida reclamó directamente a RTVE que no emitiera la actuación israelí y sugirió sustituirla por mensajes de Palestina. La candidata de Podemos e exministra Irene Montero celebró en redes los abucheos: “Gracias eurofans por esta tremenda pitada al estado genocida de Israel… los pueblos de Europa no guardan silencio ante los genocidas”eldiario.es.

Estas palabras incendiaron más aún el debate: Dan Poraz, encargado de negocios de Israel en España, le reprochó desde su cuenta oficial que apoyaba “el acoso a una joven que sobrevivió a una masacre” y le recordó con ironía que ella “solo se representa a sí misma” y a “personas radicales que fingen preocuparse por los palestinos”. Por su parte, RTVE defendió su mensaje: días antes de la final había sobreimpresionado en pantalla el texto “When human rights are at stake, silence is not an option. Peace and Justice for Palestine” coordinado desde la dirección, y confirmó por escrito su petición a la UER de debatir la participación de la cadena israelí KAN en Eurovisión.

La Unión Europea de Radiodifusión (EBU) trató de contener la crisis. En privado recordó que todos los miembros de la EBU –entre ellos KAN– tienen derecho a participar, y argumentó que Israel compite como servicio público de radiodifusión (KAN) y no como acto político de su Gobierno. Oficialmente se insistió en que Eurovisión es un espectáculo “unitario”, ajeno a conflictos, aunque este año las críticas fueron más sonoras. De hecho, la emisión oficial filtró los abucheos recibidos por la candidata israelí, un detalle que la cobertura alternativa sí dejó ver.

Al final, la música prosiguió: Austria (canción “Wasted Love” de JJ) ganó el certamen, y Yuval Raphael obtuvo el segundo lugar tras arrasar en el televoto. Más allá de la clasificación, Eurovisión 2025 pasará a la historia por mezclar notas y pancartas, canciones pegadizas y discursos contundentes. Al menos por una noche, la fiesta eurovisiva incluyó un encore político: protestas, tweets virales y titulares. Y la lección final tal vez sea que, incluso en un escenario pensado para la armonía, nadie tiene derecho a quedarse en silencio.

Fuentes: bbc.com theguardian.com formulatv.com elpais.com elespanol.com cadenaser.com eldiario.es reuters.com

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