¡Camp Nou rugió! El Barça pasa a semifinales tras un partidazo de infarto contra el Inter de Milán

El fútbol tiene esa capacidad maravillosa de convertir un martes cualquiera en un recuerdo imborrable. Y eso fue exactamente lo que ocurrió el 30 de abril en el Spotify Camp Nou, donde el FC Barcelona se enfrentó al Inter de Milán en el partido de vuelta de los cuartos de final de la UEFA Champions League. El estadio se convirtió en una caldera, y no por una ola de calor primaveral, sino por la pasión desatada de los culés que vieron a su equipo sellar el pase a semifinales con un 3-1 más que merecido (global 4-3).

La atmósfera era digna de una película de acción. El Camp Nou, repleto hasta las gradas más altas, vibraba con cánticos, bufandas al viento y una tensión que se podía cortar con una tarjeta roja. El Barça llegaba con la necesidad de remontar el 2-1 sufrido en San Siro, y vaya si lo hizo. Desde el pitido inicial, los azulgranas salieron como una manada de leones hambrientos a por el gol, y no tardaron en morder.

Raphinha abrió el marcador al minuto 12 con un zurdazo desde fuera del área que dejó al portero del Inter más congelado que una pizza en el fondo del congelador. Luego vino la tormenta ofensiva. Un pase quirúrgico de Pedri dejó solo a Lewandowski, quien, con la elegancia de un violinista en un solo, definió cruzado al 32’. El estadio se vino abajo. El Inter recortó distancias en la segunda parte con un cabezazo de Lautaro Martínez tras un córner, lo que puso los nervios a flor de piel.

Lamine Yamal Celebrando

Pero fue el joven Lamine Yamal, con apenas 17 años, quien firmó la obra maestra. En el minuto 82, con los italianos volcados en ataque, cazó un rechace en la frontal y la colocó en la escuadra como si tuviera un compás en el pie. Golazo, ovación y pañuelos al viento. El chico se consagra, y los culés se frotan las manos con su futuro.

La victoria no solo mete al Barça en las semifinales por primera vez desde 2019, sino que confirma que el equipo de Xavi Hernández va en serio. Con un juego más coral, una defensa menos despistada y un mediocampo que por momentos rozó lo celestial, los blaugranas mandan un mensaje claro a Europa: “¡Hemos vuelto, y con ganas!”

Los rivales ya tiemblan, y con razón. El próximo reto será ante el Bayern de Múnich, viejo conocido y causante de pesadillas recientes. Pero si algo dejó claro esta noche mágica es que el Barça ha recuperado el gen competitivo. El de no rendirse. El de dar espectáculo. Y, sobre todo, el de creer.

Fuentes consultadas:

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